Banquisa ártica a principios de febrero 2018

A 7 de febrero de 2018 la extensión de la banquisa ártica es la más baja para esta fecha de toda la serie de observaciones por satélite 1979-2018. Podemos verlo en esta gráfica que muestra los datos de extensión proporcionados por JAXA (2018 línea roja):

En el siguiente mapa proporcionado por el NSIDC se observa la extensión media mensual de la banquisa ártica en enero de 2018 (en blanco) comparada con la extensión media mensual en enero durante el período 1981-2010 (línea rosa):

A pesar de que en octubre y noviembre el ritmo de aumento de extensión de la banquisa  fue algo más rápido que el año pasado, durante los últimos dos meses se ha ralentizado causando que, durante lo que llevamos de 2018, la extensión se haya situado durante la mayor parte del tiempo como la más baja de la serie, en disputa con el año pasado.

Hace un año el mayor déficit de hielo se encontraba en la zona de las Svalbard, mares de Barents y Kara. Ello era debido a las frecuentes irrupciones de aire templado desde el sur a través de los mares de Barents y Kara hacia el Ártico Central. Aunque este invierno también se han producido algunas de esas irrupciones cálidas, no han sido tan frecuentes ni intensas como en los dos inviernos anteriores. De forma más callada, sin embargo, un persistente flujo de aire templado ha estado dirigiéndose a esta zona, que continúa este año con una extensión de la banquisa notablemente por debajo de la media climática.

No obstante, la zona que más ha destacado de forma negativa en lo que llevamos de invierno es la opuesta: el sector Pacífico. La congelación del mar de Chukchi y del norte del mar de Bering ha sido la más lenta y tardía de toda la serie de observaciones por satélite 1979-2018. Ahora mismo, la extensión del hielo marino en el mar de Bering sigue muy por debajo de la media para estas fechas.

En el siguiente mapa procedente de los reanálisis NCEP/NCAR se muestra la presión media a nivel del mar entre el 1 de noviembre de 2017 y el 6 de febrero de 2018:

Y lo mismo pero en forma de anomalías respecto a la media 1981-2010:

En el entorno del estrecho de Bering, la baja de las Aleutianas ha estado más débil y errática de lo habitual, y con frecuencia las altas presiones se han adueñado de la zona, sobre todo desde finales de diciembre. Como consecuencia, en los mares de Chukchi y Bering, al norte y sur del estrecho, el flujo de vientos ha tenido en muchos momentos un mayor componente meridional de lo habitual, arrastrando aire cálido hacia la zona.

En el sector opuesto, las bajas instaladas en el mar de Noruega y las altas presiones sobre el Ártico Central también han propiciado la llegada de aire templado hacia Barents y las Svalbard.

Una de las consecuencias de todo esto la veíamos en la primera gráfica: extensión de la banquisa muy baja para la fecha, con el borde del hielo mucho más al norte de lo habitual en los mares de Barents y Bering, sobre todo. Otra de las consecuencias, la vemos en el siguiente mapa que muestra las anomalías de temperatura del aire cerca de la superficie durante el mismo período 1 de noviembre – 6 de febrero:

Temperaturas muy por encima de la media en todo el Océano Ártico, y también en casi todo el Ártico marítimo, exceptuando el entorno de Islandia y la Bahía de Hudson.  Destacan las fuertes anomalías positivas en la zona de las Svalbard y en el mar de Chukchi.

Cambiando de parámetro, en el siguiente mapa, proporcionado por el CPOM, se presenta el grosor actual de la banquisa ártica según las observaciones del satélite CRYOSAT-2:

El hielo es aceptablemente grueso al norte del Archipiélago Canadiense y Groenlandia, así como en zonas del Ártico Central.  Grosores, en cambio, que parecen bastante escasos en los mares de Beaufort ó Chukchi.

En conjunto, la situación sería bastante similar a la de hace un año por estas fechas, tal como podemos observar en la siguiente gráfica, que recoge el volumen del hielo marino ártico en enero entre 2011 y 2018 según los datos del satélite Cryosat-2 proporcionados por AWI:

Tras tocar fondo en enero de 2013, el volumen invernal de la banquisa ártica se habría mantenido bastante estable durante el último lustro.

Aún quedan varios meses de invierno, y el máximo en extensión podría darse en algún momento entre la actualidad y finales de marzo. En cuanto al grosor, en el Océano Ártico el hielo puede seguir formándose y ganando grosor hasta finales de abril o principios de mayo. Aunque la situación actual no es muy halagüeña, con la banquisa en mínimos para la fecha, aún hay que esperar algunos meses antes de poder hacer un balance definitivo del invierno y de las perspectivas de cara al verano y al mínimo anual.

 

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