Durante los últimos días de septiembre y las primeras semanas de octubre 2018 las condiciones meteorológicas en el Ártico, sobre todo en su sector Pacífico, continuaron siendo desfavorables para la banquisa, debido a la continua advección de masas de aire templado desde el sur a través de Alaska y el estrecho de Bering.
Este hecho, unido a las temperaturas de la superficie oceánica por encima de la media en estas y otras zonas del Ártico, propició un lento inicio de la recongelación otoñal en el Ártico. Lastrada por este inicio, la extensión media mensual de la banquisa ártica en octubre de 2018 se ha situado en 6.060.000 km2, lo que supone el tercer valor más bajo para dicho mes en la serie de observaciones por satélite 1979-2018, algo más de 2 millones de km2 por debajo de la media 1981-2010 para el mes de octubre, y superando tan sólo a 2012 y 2007, tal como se observa en la siguiente gráfica proporcionada por el NSIDC:
En el siguiente mapa proporcionado también por el NSIDC, podemos observar la extensión de la banquisa ártica en octubre de 2018 (en blanco) comparada con la media 1981-2010 (línea rosa) para dicho mes:
Los mayores déficits de hielo se situaban en los mares de Chukchi, Laptev, Barents y Kara. La única zona donde el hielo estaba en torno a la media climática es el Ártico Canadiense, continuando con la tónica de los últimos meses.
Durante las últimas semanas de octubre y los primeros días de noviembre las condiciones atmosféricas han sido menos desfavorables para la banquisa ártica, que ha aumentado su extensión con bastante velocidad. Podemos verlo en la siguiente gráfica (datos del sensor AMSR2 facilitados por JAXA) que muestra la extensión de la banquisa ártica en 2018 (línea roja, actualizada hasta el día 4 de noviembre) comparada con las medias de las décadas anteriores y con algunos de los últimos años:
A continuación, mapa proporcionado por el NSIDC para el 4 de noviembre comparando la extensión actual de la banquisa (en blanco) con la media 1981-2010 para el mismo día (línea naranja):
El mar de Laptev ya aparece cubierto de hielo. Continúan los mayores déficits al norte del estrecho de Bering, en los mares de Chukchi y Siberia Oriental, así como en el sector atlántico, en los mares de Barents y Kara. El sector canadiense sigue siendo la única zona donde la extensión de la banquisa alcanza o incluso supera la media climática.
Atendiendo a las anomalías de temperatura de la superficie marina, y al comportamiento meteorológico en los últimos meses, es posible que la recongelación continúe avanzando de forma rápida en el sector canadiense, en Baffin y Hudson. Por el contrario, las altas temperaturas de la superficie oceánica en torno al estrecho de Bering podrían continuar retrasando la congelación en esta zona. Observamos estas anomalías de temperatura de la superficie oceánica en el siguiente mapa facilitado por la NOAA:
De cara al máximo invernal, que se producirá en algún momento entre febrero y marzo, probablemente el comportamiento en el mar de Bering sea un factor decisivo. Si las condiciones de circulación atmosférica en la zona son similares a las de los dos últimos inviernos, y teniendo también en cuenta las altas temperaturas oceánicas de partida, es probable que la extensión máxima en esta zona vuelva a quedar muy por debajo de la media, lastrando la extensión máxima total de la banquisa ártica a uno de los valores más bajos de la serie, en la línea de los dos últimos inviernos. Esto podría cambiar si este invierno la banquisa en el mar de Bering consigue remontar y volver a valores más cercanos a la media. Veremos qué pasa finalmente. La siguiente gráfica basada en los datos de MASIE muestra la extensión de la banquisa en el mar de Bering entre 2006 y la actualidad, observándose el muy bajo máximo del pasado invierno 2017-2018, y también los elevados máximos de algunos años no muy lejanos como 2012 ó 2013:
Otro parámetro a vigilar es el grosor de la banquisa. A la espera de datos más exactos, en la siguiente gráfica podemos ver una comparativa del grosor de la banquisa ártica según las observaciones del satélite Cryosat-2 en octubre de 2017 (izquierda) y 2018 (derecha) (fuente: CPOM):
Se observa que la extensión total es más reducida este año, pero el hielo al norte del Archipiélago Canadiense parece más grueso que hace un año.
Al hielo del grosor del hielo, hace algunas semana se publicaba un interesante artículo por Ron Kwok: Arctic sea ice thickness, volume, and multiyear ice coverage: losses and coupled variability (1958–2018) https://doi.org/10.1088/1748-9326/aae3ec
Ron Kwok facilita esta gráfica que muestra la evolución en el volumen total de la banquisa ártica según las observaciones de los satélites Icesat y Cryosat-2. En concreto, para octubre-noviembre (línea azul) incluye los datos de Icesat en 2003-2007 y de Cryosat-2 en 2010-2017:
Se observa la brusca caída en 2007. Entre 2010 y 2017 la tendencia es casi plana, ligeramente ascendente, pero siempre por debajo de los valores anteriores a 2007.
El mapa del CPOM para octubre 2018 que mostraba anteriormente, y su comparativa con 2017 nos sugiere para el presente otoño un volumen bastante similar al de los últimos años, por lo que la tendencia en el período 2010-2018 seguiría básicamente plana, aunque siempre con valores claramente inferiores a los habituales antes de 2007. Este menor grosor y volumen durante la última década propician una banquisa más vulnerable al deshielo estival.
Pero ahora lo que toca es seguir observando la expansión de la banquisa durante la temporada invernal.
https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1029/2021GL097448