Según los datos del NSIDC, el pasado 5 de marzo de 2020 la banquisa ártica alcanzó su máxima extensión de esta temporada invernal, con un valor de 15.05 millones de km2, lo que se sitúa unos 600.000 km2 por debajo de la media del período 1981-2010, pero supone al mismo tiempo el máximo más alto desde 2013.
En la siguiente imagen podemos observar la extensión de la banquisa ártica el día 5 de marzo de 2020 (en blanco) comparada con la media 1981-2010 para ese mismo día (línea naranja):
Se observan ciertos déficits de hielo en áreas como el mar de Groenlandia, la zona de Labrador-Terranova, el Báltico o el mar de Okhotsk. Sin embargo, en conjunto, la situación es más cercana a la media climática de lo que habíamos venido observando durante los últimos 4 ó 5 inviernos anteriores.
Una zona clave para este mejor comportamiento en la extensión de la banquisa ártica ha sido el mar de Bering. Allí, tras varios inviernos consecutivos con la banquisa retirada mucho más al norte de lo habitual, durante los primeros meses de 2020 el hielo ha vuelto a avanzar hasta su media climática e incluso la ha superado en algunos momentos, tal como se observa en el mapa anterior.
Otra zona donde la banquisa ha tenido una mayor extensión que lo habitual durante los últimos inviernos ha sido el mar de Barents y la zona de las islas Svalbard. Según los datos del Servicio Noruego, en esta zona la extensión de la banquisa a mediados de marzo 2020 era la mayor para este fecha desde 1998. En esta línea, se observa también en el mapa anterior del día 5 como cerca de las Svalbard el borde de la banquisa desborda en algunos puntos la media 1981-2010.
Y ¿cual es el motivo de este mejor comportamiento en la extensión de la banquisa ártica durante este invierno? Particularmente, como hemos visto, en los mares de Bering y Barents.
Probablemente deba ponerse en relación con el patrón dominante de circulación atmosférica en el Ártico durante este invierno. En concreto, el período de enero a marzo 2020 se ha caracterizado por el predominio de bajas presiones sobre el Ártico. Podemos observarlo en el siguiente mapa, procedente de los reanálisis NCEP/NCAR que muestra la presión media a nivel del mar en el Ártico entre el 1 de enero y el 26 de marzo de 2020:
Lo mismo pero en forma de anomalías respecto a la media 1981-2010:
Se observa como la presión media sobre todo el Océano Ártico ha sido mucho más baja de lo habitual, destacando especialmente la zona del mar de Kara.
Las presiones más bajas de lo habitual sobre el Ártico (lo que corresponde con una Oscilación Ártica en su fase positiva, AO+) van asociadas a un vórtice polar más fuerte y cerrado, que mantiene el grueso de aire frío en el Ártico, en lugar de dispersarlo hacia las latitudes medias mediante intercambios meridianos. Esto ha tenido su reflejo en las temperaturas, tal como podemos observar en el siguiente mapa que muestra las anomalías de temperatura del aire cerca de la superficie en el Ártico entre el 1 de enero y el 26 de marzo de 2020:
Se observan las temperaturas por debajo de la media desde la zona de las Svalbard extendiéndose por todo el sector americano del Ártico: Groenlandia, Baffin, Archipiélago Canadiense, Beaufort y Alaska-Bering. En los últimos inviernos, este tipo de desviaciones negativas se habían convertido en muy infrecuentes.
(No obstante, se han seguido registrando temperaturas por encima de la media en la mayoría de los mares siberianos.)
Sin embargo, la AO+ y el predominio de bajas presiones sobre el Ártico suelen ir también unidas a una aceleración de la Deriva Transpolar y a un aumento de la exportación de hielo a través del estrecho de Fram, lo que puede debilitar la banquisa de cara al verano, pues el hielo exportado por el estrecho de Fram suele ser del más grueso y viejo, quedando en su lugar en el Océano Ártico hielo más fino y joven.
En relación a esta posible aceleración de la Deriva Transpolar y al aumento de la exportación de hielo, es interesante observar el comportamiento del rompehielos Polarstern, varado desde el pasado mes de septiembre en la banquisa ártica y derivando junto a ella, en el marco de la expedición científica MOSAiC. A 28 de marzo, el Polarstern se encuentra en una posición que , de acuerdo con las estimaciones realizadas al inicio de la expedición en base a la dirección y velocidad media de la deriva del hielo durante los últimos años, no debería haber alcanzado hasta bien entrado el verano:
(Mapa superior mostrando la deriva estimada para el Polarstern, con el punto 7 que esperab alcanzarse en agosto de 2020. Mapa inferior, mostrando la deriva y posición actual a 28 de marzo, que es muy cercana ya a la esperada para agosto.)
Por tanto, la deriva del Polarstern vendría a confirmar una rápida deriva de hielo hacia el estrecho de Fram durante este invierno.
Siguiendo con los apuntes negativos, hay que mencionar también que en los últimos días de marzo la banquisa ha retrocedido mucho en el mar de Bering (y también algo en el mar de Barents) lo que ha arrastrado la extensión total de la banquisa ártica de nuevo hacia los valores más bajos de la serie, tal como observamos en la siguiente gráfica que muestra la evolución de la extensión de la banquisa ártica según los datos de JAXA durante los últimos meses (línea roja, actualizada hasta el 27 de marzo) comparada con algunos de los últimos años y con las medias de las décadas anteriores. Se observa como a principios de marzo la línea roja estaba claramente por encima de la media de la última década, pero a finales de mes ya está claramente por debajo:
Y mapa del NSIDC comparando la extensión de la banquisa a 27 de marzo de 2020 con la media 1981-2010 para la misma fecha (se observa claramente el retroceso en el mar de Bering respecto al mapa del 5 de marzo que observábamos al principio de la entrada: de superar la media 1981-2010, a estar claramente por detrás de la misma):
Seguiremos observando el comportamiento de la banquisa en los próximos meses.