Mapa con la extensión de la banquisa ártica a día 17 de agosto según los datos del NSIDC, comparada con la media 1979-2000 para esta fecha (línea naranja):
Gráfica del NSIDC con la extensión de este año a fecha 17 de agosto comparada con 2007 (año del record mínimo) y con la media del período 1979-2000:
Comentábamos hace algunos días como la primera semana de agosto en el Ártico había continuado con los patrones meteorológicos iniciados en julio: es decir, con el predominio de bajas presiones, lo que implicaba, sobre todo para el Ártico central, cielos cubiertos de nubes y temperaturas bajas. A su vez, la circulación ciclónica inducida en el hielo tendía a dispersarlo, ocupando así una mayor extensión (aunque creándose zonas de baja concentración).
Recordamos este mapa mostrando la presión media a nivel del mar en el Ártico durante los primeros días de agosto:
Sin embargo, a partir de la segunda semana de agosto este patrón de circulación atmosférica ha ido cambiando, con la reaparición del anticiclón de Beaufort. Lo vemos en este mapa, que refleja la presión media entre los días 7 y 16 de agosto:
Por un lado, este regreso de las altas presiones ha favorecido la vuelta de los cielos despejados al Ártico central después de varias semanas de ausencia. Lo vemos en esta imagen tomada por la webcam el pasado 14 de agosto:
Sin embargo, en las latitudes más altas del Ártico el verano y el deshielo están ya tocando a su fin, disminuyendo la radiación solar incidente y las temperaturas. Sirva como reflejo una de las últimas imágenes de la webcam, de ayer 18 de agosto:
Por contra, en zonas algo más meridionales como el mar de Beaufort, la presencia de las altas presiones sí que puede acarrear un incremento del deshielo, tanto por la mayor insolación como por las posibles advecciones de aire cálido desde el sur.
Por otra parte, la circulación anticiclónica tiende a compactar el hielo, aumentando la concentración media, pero dismimuyendo la extensión total ocupada por la banquisa (recordemos que a la hora de contabilizar la extensión, una zona se considera cubierta de banquisa siempre que tenga una concentración de hielo de al menos el 15%; es decir, siempre que al menos un 15% de su superficie esté ocupada por banquisa). La compactación del hielo es positiva para la «salud» de la banquisa, pese a que en este momento del verano pueda conllevar una reducción de su extensión total.
A partir de estas fechas, en el conjunto del Ártico el ritmo diario de pérdida de extensión suele ir ralentizándose. El deshielo se minimiza y la compactación/dispersión de la banquisa va ganando protagonismo en las variaciones de extensión hasta que, en torno a mediados de septiembre, el Ártico comienza a recongelarse un año más. Iremos observando lo que suceda durante las próximas semanas.
Para concluir, la gráfica con la extensión según AMSR-E para ayer 18 de agosto, con una extensión de 5.792.031 km2:
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